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5 riesgos legales que puedes evitar al pagarle a freelancers

En la economía digital y creativa actual, trabajar con freelancers se ha vuelto la norma para

empresas innovadoras, agencias, estudios y startups. La flexibilidad y el talento que ofrecen

los colaboradores independientes es invaluable, pero administrar estos vínculos sin los

debidos cuidados puede abrir la puerta a serios riesgos legales y financieros. Para ilustrar

estos peligros —y cómo evitarlos—, conozcamos la historia de Manuel, dueño de una

agencia de contenidos que aprendió por experiencia propia el valor de la formalidad.

El caso de Manuel: Cuando la informalidad sale cara

Manuel, fundador de una agencia en rápido crecimiento, solía contratar freelancers para

proyectos de diseño, copywriting y animación. Para ahorrar tiempo, acordaba todo por

correo, pagaba con transferencias directas y rara vez firmaba contratos formales. Un día,

tras la entrega de una campaña importante, el freelancer reclamó derechos sobre el diseño

y se negó a ceder el archivo editable. Más adelante, otro colaborador se retrasó en la

entrega y, sin un acuerdo claro, Manuel no pudo exigir penalización alguna. Los problemas

se acumularon y, tras una revisión fiscal, la agencia recibió una multa por no declarar

adecuadamente los pagos.

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Esta situación es común y se puede prevenir con cinco prácticas clave:

1. Falta de contrato claro

Sin un contrato escrito, todo queda sujeto a la interpretación de las partes. No hay certeza

sobre los entregables, plazos de entrega, formas de pago, revisiones, derechos de uso y

condiciones de confidencialidad. Esto puede derivar en disputas, proyectos inconclusos y

hasta demandas legales. Un contrato bien redactado protege tanto al contratante como al

freelancer y sirve como guía en caso de desacuerdos. Define obligaciones, tiempos, tarifas

y, sobre todo, quién mantiene los derechos sobre la obra o servicio realizado.

2. No proteger la propiedad intelectual

En el mundo creativo, los derechos de autor y la propiedad intelectual son el activo más

valioso. Si no se establecen en el contrato cláusulas claras de cesión, licencia o

confidencialidad, la empresa puede perder la titularidad sobre los diseños, textos, software o

cualquier producto creado. Un descuido aquí puede significar perder el derecho de uso,

explotación o incluso comercialización de la obra encargada. Por eso es fundamental

acordar que todo lo desarrollado durante el encargo pertenece a la empresa o se licencia

bajo términos definidos.

3. Plataformas de pago inseguras

Pagar en efectivo, con apps sin comprobantes o por medios poco auditables puede generar

problemas: errores, fraudes, duplicidad de pagos o incluso dificultades fiscales al no contar

con los comprobantes correctos. Lo ideal es usar plataformas reconocidas que generen

automáticamente recibos digitales, permitan rastrear cada pago y sean compatibles con la


facturación y obligaciones fiscales de cada país. Así se evita el riesgo de pagos no

reconocidos o pérdidas de dinero.

4. Pagos fuera de tiempo o incompletos

La puntualidad y claridad en los pagos no solo es una cuestión de ética, sino también de

cumplimiento legal. Retrasos pueden contravenir la legislación laboral o fiscal de distintos

países, y realizar pagos incompletos o sin cumplir con las retenciones legales puede

acarrear multas y auditorías. La mejor práctica es establecer hitos y fechas de pago, utilizar

sistemas automatizados que programen los desembolsos y generen comprobantes fiscales,

y revisar que todas las obligaciones legales estén cubiertas.

5. Clasificación incorrecta del freelancer

Confundir la figura del freelancer con la de un empleado puede implicar riesgos laborales y

fiscales importantes. Si el colaborador trabaja bajo horarios fijos, recibe pagos regulares y

sigue órdenes jerárquicas, la autoridad puede considerarlo empleado, obligando al pago de

prestaciones, seguridad social y recargos retroactivos. Por eso es indispensable que el

freelance facture como persona física o empresa independiente y que cada parte cumpla

con sus propias obligaciones fiscales.

¿Cómo evitar estos riesgos? La ruta segura para empresas creativas

Manuel, tras enfrentar problemas y multas, decidió cambiar la gestión de sus freelancers.

Comenzó a usar plataformas como Banx, donde cada pago queda documentado, los

contratos se almacenan digitalmente, los impuestos se calculan automáticamente y la

propiedad intelectual está resguardada por cláusulas estándar. El resultado fue mayor

tranquilidad, cero conflictos legales y un equipo motivado por la claridad y profesionalismo.


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ayuda a gestionar pagos masivos seguros: permite automatizar facturas, aplicar retenciones

correctas y usar métodos de pago auditables. Deja atrás multas y haz tus pagos de manera

legal y eficiente.


 
 
 

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