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Tipos de licencias y su aplicación

Elige cómo quieres que el mundo use lo que creas

Crear algo increíble es solo la mitad del camino. La otra mitad —y quizá la más

poderosa— es decidir cómo y bajo qué condiciones las demás personas

pueden usar tu obra. Aquí entran en juego las licencias. Y no, no necesitas ser

abogado para entenderlas, solo tener claro qué tanto quieres compartir (o proteger)

tu creación.

¿Qué es una licencia?

Una licencia es el permiso legal que tú, como autor o autora, das sobre el uso

de tu obra. Es decir, defines qué se puede hacer con ella, cómo y en qué

condiciones.


¿Pueden compartirla? ¿Modificarla? ¿Usarla comercialmente? ¿Solo con tu

nombre?

Todo eso lo defines tú.

Los tipos de licencias más comunes

1. Derechos reservados (copyright clásico)

� Nadie puede usar tu obra sin tu autorización previa.

Es la protección más cerrada. Si alguien quiere usar tu foto, canción o diseño, debe

pedirte permiso y probablemente negociar una licencia de uso.

Ideal para: contenido con potencial comercial o que no quieres que circule

libremente.

2. Creative Commons (CC)

�� Es un sistema de licencias que permit compartir con libertad, pero bajo tus

reglas.

Hay varias combinaciones, pero estas son las principales:

● CC BY: Pueden usar tu obra, incluso comercialmente, mientras te den

crédito.

● CC BY-SA: Lo mismo que la anterior, pero si alguien modifica tu obra, debe

compartirla bajo la misma licencia.

● CC BY-NC: Pueden usarla con crédito, pero no con fines comerciales.

● CC BY-ND: Se puede compartir sin cambios, con crédito, pero no

modificarla.

● CC0 (dominio público): Renuncias a todos tus derechos. Cualquiera puede

usar tu obra sin restricciones.

Ideal para: creadores que quieren difundir conocimiento, educación, arte

colaborativo o viralización.


3. Licencias comerciales personalizadas

�� Son acuerdos privados entre tú y otra parte (una marca, un medio, una agencia).

Aquí defines condiciones específicas: duración, uso, pago, territorio, etc.

Ideal para: colaboraciones profesionales, campañas, proyectos editoriales,

publicidad.

¿Y cómo se aplican?


Muy fácil: deja clara la licencia donde publiques tu obra.

Puedes usar un ícono, una nota en la descripción o incluso un archivo PDF adjunto.

Plataformas como YouTube, Flickr o SoundCloud ya integran opciones de Creative

Commons.

¿Y lo innovador? Hoy ya existen plataformas que generan licencias automáticas

con blockchain, protegiendo tu obra desde el momento en que la subes. O incluso

contratos inteligentes que activan pagos o permisos automáticamente cuando

alguien quiere usar tu trabajo.


En resumen:

Tú decides qué tan libre o protegida será tu obra.

No se trata solo de proteger, sino de compartir con conciencia.

Porque en la era digital, crear también es saber decir: “esto es mío… y así

quiero que lo uses.”

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