¿Cómo registrar fotografías y quién tiene los derechos?
- ANA ELISA
- 13 ago
- 2 Min. de lectura
En un mundo donde una imagen puede recorrer el planeta en segundos, proteger la autoría de las fotografías es más importante que nunca. Registrar una fotografía no solo certifica que eres su creador, sino que te otorga herramientas legales para defender tu trabajo frente a usos no autorizados.

¿Quién es el dueño de una fotografía?
Por regla general, el autor de la fotografía es la persona que captura la imagen. Esto significa que el derecho nace automáticamente en el momento en que la tomas, sin necesidad de un registro formal. Sin embargo, si la foto fue tomada bajo contrato (por ejemplo, para una empresa o cliente), los derechos patrimoniales pueden pertenecer a quien contrató el trabajo, según lo que estipule el acuerdo firmado.
¿Por qué registrar tus fotos?
Aunque la ley reconoce automáticamente la autoría, el registro oficial en una oficina de derechos de autor —como el INDAUTOR en México o la U.S. Copyright Office en Estados Unidos— sirve como prueba legal sólida de propiedad. Esto es crucial si necesitas emprender acciones legales por uso indebido o plagio.
Pasos para registrar tus fotografías
Selecciona las imágenes a registrar: Puedes registrar una sola foto o un conjunto (por ejemplo, una serie temática).
Reúne la información del autor: Nombre, datos de contacto y, si es el caso, contrato de cesión de derechos.
Prepara los archivos: Sube las fotos en formato digital con la calidad solicitada por la oficina de registro.
Completa la solicitud en línea o presencial: Dependiendo del país, se requiere llenar un formulario detallado.
Paga la tarifa correspondiente: Los costos varían según la cantidad de obras y el tipo de registro.
Recibe tu certificado: Este documento oficial respalda tu autoría.
Consejos para proteger tu trabajo
Usa marcas de agua discretas.
Guarda los metadatos (EXIF) de cada imagen.
Establece licencias claras si compartes tus fotos en línea (por ejemplo, Creative Commons).
Firma contratos donde quede explícito quién conserva los derechos.
En resumen, el registro de fotografías no es solo un trámite burocrático: es una inversión en la seguridad de tu obra. Una imagen puede contar una historia, pero un registro bien hecho puede asegurarte que esa historia siga siendo tuya.
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